Haz el amor (o deja de hacerlo), pero no te sientas culpable

Jueves 2 de Abril del 2020

Pareja Getty

Que si esto no se hace, que si esto no se piensa, que si esto no se siente, que si esto no se mira... Es este amasijo de advertencias, que todavía perduran, lo que ha llevado a la mujer a vivir su sexualidad con un eterno complejo de culpa. Culpable por no desear y culpable por desear en exceso. ¿El sexo no debería surgir de forma natural? ¿Por qué dejamos que nos mortifique este sentimiento basura que no sirve para nada y, además, nos hace sentir vulnerables?

La psicóloga y ensayista Liliana Mizrahi, autora de 'Las mujeres y la culpa' lo achaca a la soberbia masculina que, tradicionalmente, ha recluido a la mujer en definiciones en las que su espacio y obligaciones se atribuyen en función de las necesidades de los demás: hija dócil, esposa fiel o astuta, amante lujuriosa, madre inmaculada o castradora... De algún modo sigue esta percepción, aunque cambien las pautas culturales, las normas sociales o la educación. Ellas tienden a ese sentimiento permanente de estar fuera de lugar que les impide creer en sí mismas. "La culpa -dice- nos confunde y nos frena la exigencia de nuestros sentimientos, hasta el punto de actuar en ocasiones en contra de lo que deseamos y a favor de lo que rechazamos".

Según el Institut de Sexología de Barcelona, la sociedad sigue mostrando la sexualidad dividida en roles. Ellos deben ser muy capaces, viriles y resistentes en el sexo. Ellas, complacientes y entregadas, haciéndoles sentirse impúdicas por desear y por vivir el sexo con la misma intensidad. Esto lleva a que la mujer se evalúe constantemente y se recrimine a sí misma tanto por no tener el deseo sexual que le gustaría o por ser incapaz de alcanzar el orgasmo como por sentir una gran excitación. El resultado es un gran impacto en la calidad de la vida sexual femenina.

La culpa sexual marcada por las creencias

La culpa sexual está marcada por creencias, experiencias previas y por las expectativas que la sociedad va imponiendo en la conducta sexual. Durante miles de años, hombres y mujeres asumieron estrategias sexuales opuestas y podría haber en ello una razón evolutiva, según el psicólogo noruego Leif Edward Ottesen Kennair, autor de una investigación sobre sexo casual. "La mujer que se involucraba demasiado corría el peligro de quedar embarazada, de contagiarse una enfermedad de transmisión sexual o de ganarse una mala reputación", señala.

Este estudio noruego saca a la luz los coletazos aún vigentes de esas viejas sociedades. De acuerdo con sus conclusiones, sólo un 10% de los hombres se siente culpable de una experiencia de sexo ocasional y la mitad de ellos la viven con plena satisfacción. Cuando se le pregunta a la mujer, sólo una de cada tres mujeres disfruta de un encuentro casual y dos de cada tres acaban arrepentidas. El 80% ha rechazado alguna vez tal posibilidad. Y, al contrario del hombre, les reconcome más el sexo de una sola noche que decir que no.

Hay mucha más evidencia de cómo un buen número de mujeres siguen viviendo su sexualidad con una mezcla de vergüenza y culpabilidad, sobre todo cuando toma la iniciativa o deja traslucir sus deseos y necesidades. Siente bochorno, por ejemplo, de fantasear con un desconocido, con otra mujer, con un compañero de trabajo o con un hombre uniformado o cuando se imagina practicando sexo en un lugar público donde pueda ser sorprendida, aunque de sobra sepa que esas elucubraciones nunca llegarán a tomar forma. Generalmente, son una manera de activar su deseo. La psicóloga Alicia Galloti, que ha investigado a fondo las fantasías sexuales femeninas, reconoce que hay muchas mujeres que se sienten culpables por la mera posibilidad de que realmente sean deseos reprimidos. "Niegan sus fantasías hasta el punto de que, si tienen un sueño erótico, ni siquiera se permiten recordarlo a la mañana siguiente".

Las diferencias entre hombre y mujer

Las diferencias entre hombre y mujer en torno al complejo de culpa vuelven a quedar patentes en una encuesta de la Universidad de Texas, en Austin, publicada en Archives of Sexual Behavior. Éstas fueron las respuestas femeninas cuando se les preguntó por los motivos de culpa sexual más frecuentes:

  1. Perder la virginidad con la pareja incorrecta (24%)
  2. Haber engañado a su pareja actual o a otra en el pasado (23%)
  3. Pasar demasiado rápido al terreno sexual (20%)

Cuando les tocó responder a los varones, la disparidad fue incuestionable: Lo único que les pudo hacerse sentirse mal fue haber fallado en el acercamiento sexual, no haber sido más intrépido de joven o no haberlo sido durante su soltería. Queda claro que ellos sí han aprendido que ni la falta de apetito ni el exceso tiene por qué perjudicar a la pareja.

Fuente: http://ow.ly/Lawj30quGa1